Publicamos la 2da y última parte sobre la obediencia. Continúa de la entrada anterior....
El verdadero lugar de la obediencia
Lo primero que hay que saber es que esta virtud, según enseña Castellani “pertenece al género de las virtudes morales, y a la especie de la virtud de la "Religión"; al cuarto mandamiento, deberes para con Dios, y no para con el prójimo, puesto que los padres representan a Dios… El fin de la obediencia es ordenar lo inferior a lo superior, de modo que así lo inferior participe de la excelencia y bienes de lo superior… Claro es que esto supone sociedad en orden: para que la sabiduría descienda a lo bajo por el canal de la santa obediencia, es menester que arriba haya sabiduría… si arriba no hay sino necedad, ignorancia o maldad, cesa el objeto formal de la obediencia, desaparece ella y aparece a lo más la "disciplina", que no es lo mismo: se somete uno entonces por otra razón formal. La disciplina no pertenece a la virtud de la religión, sino al grupo de la paciencia o la templanza”.