Para
todos es notoria la mala fama que durante años gozó Ciudad del Este en nuestra
región: ciudad de contrabandistas, estafadores, prostitutas, narcotraficantes y
ladrones. Situada en el extremo este de Paraguay que limita a la vez con Brasil
y Argentina, era el lugar indicado para la chanza y el hurto.
Sin
embargo, desde algo más de diez años la ciudad ha cambiado sustancialmente.
¿Qué sucedió? El entonces Papa Benedicto XVI, al erigirse Ciudad del Este como
nueva diócesis del Paraguay, decidió elegir como su primer obispo a Monseñor
Rogelio Livieres, argentino y personal amigo suyo.